domingo, 2 de octubre de 2011

Últimas horas.

Hace exactamente un año, bueno, casi exactamente, yo era un chico descontrolado, que iba a su bola, incluso un tanto problemático a ratos.
Encarrile mi vida, o eso parecía, con el propósito de ser algo en esta vida, de lograr una de mis metas, la de ser mejor persona. A mis ojos lo conseguí, quizá para los demás no, pero nunca me ha importado lo que piense la gente, siempre he sido muy autosuficiente.

Tras repetir y tomarme un año sabático, del cual no me arrepiento, decidí ponerme a estudiar, decidí tomar medidas contra mis problemas, decidí empezar a ver la vida desde otra perspectiva, decidí ser feliz.
Lo mejor de todo es que lo conseguí, aprobé, entré en la universidad, y sobre todo volví a ser el que era años atrás, un chico normal y corriente al que la vida le sonríe.
Lo tenía todo, nada podía ir mal, pero parece ser que con el tiempo la vida cambia y te hace ser quien no eres, te hace ser quien no quieres ser.

Si lo tenía todo no era por mi, si conseguí aprobar tampoco, fue por ella, ella es la que me ayudo en todo momento, la que siempre me apoyó y le estaré eternamente agradecido.
Fue ella la que encarriló mi vida, la que le dió un sentido, la que hizo que yo fuera aquel chico feliz, la que hizo que volviera a ser quien quería ser.

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